Llevaba meses negando que me importase el amor con la ya mítica frase "Mejor sola que mal acompañada", ¿Era eso cierto? Para nada, no es divertido ver parejas a tu alrededor o a tus amigas quejándose de mal de amores y tu no poder hacer nada más que consolarlas. No sentir nada por nadie es triste, cuando ves películas románticas no puedes imaginar esa misma historia al lado de otra persona, ni si quiera puedes lamentarte de no tenerla porque ¿Con quién se supone que ibas a vivirla? Me encontraba en una situación algo patética, penosa. Aunque tampoco era del todo cierto que nadie me rondase por la cabeza, aunque ese alguien fuese imposible, me sacaba once años y vivía a 750 kilómetros aunque procedía de algún lugar a 614 kilómetros, le conocía desde el pasado verano y aunque borracha y algo colocada tuve un affaire con él, poca cosa, pero si algo. No había dejado de hablar con él, aunque una hermosa  gimnasta "estuviese" con él ahora (Él dice que es un pulpo), hablábamos de cosas trascendentes y de otras que no lo eran tanto, me gustaba hablar con él, aunque a veces me sintiese culpable por hacerlo y no dejarle vivir su vida.

Lo único que quería era a alguien que me hiciese volver a no poder pensar en nada más que en él, pero parecía que el destino no estaba muy a mi favor.

Fdo: Otra chica invisible