Con la luz de la última vela consumiéndose lentamente y la habitación llena de humo, supe que me había hundido en la profundidad de la espesura de tu ser. Me había perdido en un sinfín de ilusiones absurdas, promesas vacías que nadie hizo nunca. Me había perdido a mí en un océano de dudas y una rutina aborrecible. Las palabras retumban contra las paredes huecas de mi inconsciencia, esa que me llevó a enamorarme de ti.
En las grandes novelas y las películas de Hollywood nunca nos enseñan el amor no correspondido. Los protagonistas, aunque no se gusten al principio, siempre acaban juntos, aunque alguna tragedia les separe al final, pero esa no es la realidad. La realidad es que el día que te enamores, no siempre va a ser de alguien que te corresponda, puede que no sea ni siquiera alguien que viva en tu mismo país, puede ser alguien de quien tú jamás hubieras pensado que podías enamorarte. Sin embargo, algo pasa, el cuerpo lo sabe y la cabeza también. Y cuando eso pasa, el amor debería pasar a considerarse una enfermedad, con cura y con cicatriz.
La capacidad de acordarte de la otra persona por la cosa menos pensada, incluso puede parecerte absurdo, tú mismo sabes que no tiene sentido, sin embargo, no puedes frenarlo. Hay algo de ese alguien que te ha cautivado y durante el tiempo que sea, vas a vivir preso por la enfermedad más aceptada e idealizada de la historia, el amor. Nadie te avisa y aunque no llores, porque el raciocinio te lo impida, eres incapaz de pensar y respirar por esa persona. La música melancólica te invade y te dejas llevar por ese vacío constante que sientes, te acuerdas de la sensación que te da el nudo en el estómago y el nerviosismo que se instala en ti cuando estás con el otro. Sonríes absurdo y te maldices, pero sin embargo, no puedes parar. Le das vueltas y te convences a ti mismo de lo absurdo que es, pero siempre vuelves al mismo punto.
Hasta la aceptación. El tiempo todo lo cura y poco a poco las heridas se curan y cicatrizan. Eso no quiere decir que no puedan reabrirse de nuevo en un futuro, pero se curan y uno vuelve a la normalidad y a poder respirar sin sentir la presión de un ladrillo en el diafragma. Incluso puedes volver a aburrirte sin pensar en nadie más.
Do you remember when we looked at each other in that narrow and empty street? I swear to god that I thought I would die. I was happy and you seemed so too. I felt nothing could be wrong, I felt I would be able to do whatever I wanted. Would've broken the wheel if I could've.
But everything has an ending and you walked away following your path, I pretend that I feel right, but the truth is that now when I close my eyes the only thing I can see is you. I understand the reason, it makes sense, but baby you came to me like an angel and it’s something I can’t forget. You brought hope to my life again; illusions and delusions make me wake up every day.
Now hope is the only thing I have, just waiting and waiting until you came back, spend some time with you again and then see you leave as you did once. But baby I don’t care if I need to wait until the end, I’ll be here in that harbour expecting something that maybe never come. That's the story of a fairytale that I don’t think it could end well.
The thing is that five minutes by your side feed me more than anything else, joy and happiness fill my life and everything seems to shine and shine. Now I pretend that I feel right, but the truth is that when I close my eyes the only thing I can see is you. ¿How can I live knowing how much better is my life with you?
You make me feel special, you make me feel I’m worthy, you kiss me and the rest of the world can fall apart cause I know we’re gonna be alright. Just promise me that you will take my hand always you could. In return, you always gonna know that I’ll be here waiting for you. That's the story of a fairytale that I don’t think it could end well.