Octubre 2011
Se besaron. Rápidamente se me formó un nudo en la garganta
que me impedía respirar, sentí como la ira me atravesaba el pecho con un dolor
agudo y punzante, me temblaban las piernas y el estómago me daba vueltas. Pese
a que hacía frío empezó a invadirme un extraño calor que inició en la parte
baja de la espalda y ascendió fugazmente convirtiéndose en un sudor frío que me
recorría la espalda. Entonces, aunque parezca mentira se puso a llover, las
gotas de lluvia se deslizaban por mis mejillas entremezclándose con las
lágrimas que, sin yo darme cuenta, habían empezado a caer precipitadamente furiosas.
Agarré fuerte el violín y empecé a andar como si no pasara nada, como si no
hubiese empezado a llover, como si no estuviese llorando desconsoladamente,
como si no me hubiesen roto el corazón en mil pedazos en cuestión de dos
segundos. No veía nada, entre la lluvia, las gafas empañadas y las lágrimas no
hubiese sido capaz de ver un muro delante de mí, solo andaba por el mismo
camino que había recorrido mil veces hasta la clase de violín. Entonces choqué
con alguien, era Maca, nos miramos durante un segundo y las lágrimas, que hasta
ese momento caían a cuenta gotas, empezaron a brotar, abrí la boca para
explicarle lo que acababa de pasar, pero solo fui capaz de balbucear un sonido
incomprensible antes de seguir llorando. Me abrazó y miró a lo lejos, entonces
Cleo nos alcanzó, pero antes de que pudiese empezar a contar lo sucedido eché a
correr sin poder dejar de llorar.
Corrí hasta la escuela de música y no dejé de llorar ni un
segundo hasta que llegué. Lo odiaba, odiaba llorar por él, odiaba llorar por
que se besara con otra delante de mí, la odiaba a ella por ser una hija de puta
tan resentida como para hacerme eso y me odiaba a mí por estar tan colada por
él, pero no era capaz de odiarle a él.
Me senté en el claustro mirando al pozo al que Cleo y yo
habíamos escupido tantas veces pidiendo deseos. Me encendí un cigarro con la
mano temblorosa y observé la lluvia caer y rebotar contra el suelo hasta que
llegó la hora de entrar a clase.
0 Comentarios: