Monstruos

by - 19:48:00


No muy bien por qué, pero desde pequeña me han gustado los domingos soleados; la calma que se respira al mediodía, la felicidad de los rayos del sol pegándote en la cara mientras te tomas una cerveza y lees algo, la risa de los niños que corretean felices por la calle. Es un momento de serenidad en medio del caos, un punto y aparte entre el ruido del sábado por la noche y el arrepentimiento del domingo por la tarde.

Este domingo al mediodía he leído un artículo de Leila Guerriero en el que dice que todos hemos sido, alguna vez, el monstruo de alguien, y tiene toda la razón. Igual que yo tengo el mío, yo soy el de alguien. No es algo que no supiera, pero me ha hecho reflexionar. Lo peor de saber que eres el monstruo de alguien no es serlo, si no saber que lo eres y seguir ahí, egoísta, aferrado al amor de alguien y dándole esperanza, dejando que el otro te quiera lo que tú no eres capaz de quererte o pretendiendo que alguien te devuelva el amor que tú diste en una relación pasada, como si las relaciones sentimentales fuesen una competición por puntos.

Saber que eres el monstruo de alguien también te convierte en tu propio monstruo, te consume cada día la cobardía de pensar qué podría ser de ti si fueses lo suficientemente valiente como para alejarte de verdad. Y en un intento de honradez tal vez hasta lo intentas. Yo he sido y soy aún el monstruo de alguien y pesa, pesa saber que hay alguien ahí capaz de quererte y duele más cuando quisieras poder querer a ese alguien lo mismo que te quiere a ti. Pero por suerte o por desgracia no podemos forzar lo que sentimos así que aprendemos a convivir con ello, aunque durante el proceso hieras y te hieran.

You May Also Like

0 Comentarios:

Instagram