Asignaturas pendientes
Nos conocimos en unas circunstancias extrañas, de aquellas
que te forman como persona y no olvidas por mucho que pase el tiempo. Cuando
llegué al salón estabas allí sentado, quieto, esperándome a mí. A mí, quién iba
a decírmelo, yo que iba repitiendo tu nombre como un loro con tal de
encontrarte. Me indicaron quien eras tú y en ese instante te vi y el mundo dejó
de moverse, sentí un nudo en mi garganta que luchaba por salir dejándome muda y
un escalofrío recorriendo mi espalda que, al llegar a los pies, los inmovilizó.
Ya ha pasado un año desde aquello, sin embargo aún no me he
olvidado de ti, sigo soñando contigo a cada poco y me imagino que un día
apareces o te encuentro en mitad de la calle, nos tomamos algo y por alguna
extraña razón, esta vez me dices que te gusto y nos damos una oportunidad.
Asignaturas pendientes de esas que tenemos todos y que rara
vez conseguimos resolver. Nunca sabré si habría aprobado con nota aquel examen
o si por lo contrario hubiera suspendido estrepitosamente por no conocer
ninguna de las preguntas. Siempre me quedaré con la duda de lo que pudo ser y
no fue.
Me gustaría verte, a veces tengo la sensación de que iría
tan mal que todo caería por su peso. Al fin y al cabo cuando nos conocimos
interpretabas un papel. Supongo que todo acabará con el paso del tiempo. Mientras
tanto seguiré soñando contigo y seguiré imaginando que te encuentro en los
cafés de la ciudad, aunque ni siquiera vivamos en la misma.
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