I loved you, I love you and I will love you forever
Hay quien me dice que estoy equivocada, que hay mil maneras de enamorarse, pero yo sé que el amor romántico, de ese que merece una película de helado y pañuelos, solo puede sentirse una vez, porque si fuera posible sentirlo más veces no llevaríamos siglos queriendo llegar a él. Y sinceramente dudo mucho que vuelvan a temblarme las piernas, el pelo y la voz a la vez al ver a alguien más al final de la calle que no seas tú. Para ser sinceros no hacía falta que fueras tú, con que se pareciera a ti me valía para reaccionar y perder la realidad de vista, hasta que se daban la vuelta y mi respiración volvía a su ritmo.
Eso me duele, no el hecho de haberme enamorado de ti, sino de haberme enamorado tan joven. Cuando cuento esto hay quien me dice que eso me pasa porque fuiste el primer amor, pero no, no fuiste solo el primero, también serás el último porque en estos diez años he querido, mucho, pero ni por asomo he sentido nada remotamente parecido a lo que sentí por ti.
Tampoco le hubiera perdonado a nadie todo lo que te he perdonado a ti por mi incapacidad de odiarte. Porque aunque en algunos momentos debería haberlo hecho, nunca he sido capaz de sentir otra cosa por ti que no fuera amor.
De hecho, aún a día de hoy, a veces me parece verte caminando por la calle de espaldas y mi estómago se cierra, pero se giran y veo que no eres tú. Entonces me maldigo por seguir viéndote allí donde no estás aunque hayan pasado diez malditos años.
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