Ella se levantó por el olor del café de la mesita de noche,el que había preparado él,que estaba junto a dos tostadas,un pelín quemadas y un zumo de naranja recién exprimido.Él estaba saliendo del baño,y ella se hizo la dormida hasta que vio que entraba en la habitación,le dio las gracias y un beso que duro horas mientras se fundían el uno con el otro,el café se enfriaba y las moscas se comían la mermelada que cubría las tostadas.Se levantaron a las once menos diez,mientras la tele decía que era sábado y el día permanecería despejado,los dos se rieron, puesto a que la noche anterior había sido muy larga y mientras tomaban unos margaritas habían comentado que el día de mañana,hoy, saldría despejado.Otra vez todo había terminado felizmente.